jueves, septiembre 22, 2011

638. Reina por un día (II): Negro-envenenao





Buenas. 

Seguiré aprovechándome de amigos y conocidos para llenar espacios en el blog, y hacer que esto remonte un poco después de tanto quejarme del último viaje...

Hoy toca una entrada a cargo de Negro-envenenao. Si Ana Rosa tuvo uno, si Naomi Campbell al escribir su novela también (novela que tengo y que me leí, no se crean) y si unos cuantos siguen por ahí sin reconocer que también los tienes, yo no iba a ser menos. Pero poniendo a cada uno en su sitio, que esta vez los laureles le corresponden a él.

No he conocido a una persona como el autor de hoy: es capaz de ir a un velatorio y hacer que hasta el muerto se vuelva a morir de risa. Decir que es como Marisol, "un rayo de luz", sería caer en la ñoñería pura y dura, pero hay que reconocer que es un líder nato y que acapara los focos en todas las reuniones, de una manera natural y única.

Con vosotros, Negro-envenao y la boda de Cayetana.

Pd: Chaval, que te toca a ti responder a los comentarios...



LA INVITACIÓN

¡¡Allá en el rancho grande allá donde vivía; había una rancherita que alegre me decía, que alegre me decíiiiiiiiaaaaaaaa….!! 

 ¡Uy! Disculpen ustedes queridos Fermiones y Bosones, no me dí cuenta que estaban ustedes ahí, y es que estoy contento porque ya me lo decía mi madre: “hagas lo que hagas, hazlo con alegría” y “hagas lo que hagas ponte bragas”; siempre le he hecho caso aunque el segundo consejo hace que tenga los huevines un poco escocíos y en las duchas del fútbol me miren raro, pero bueno…

Lo que decía, estoy contento por la invitación que he recibido y espero que ustedes, queridos ácidos y bases, la hayan recibido también; mi amiguica la Duquesa de Alba, o Caye como me gusta llamarla, me ha invitado a su boda.

Po zi, me llamó el otro día; al principio no la reconocí porque sonaba como un disco de vinilo frenao con la mano, pero a los 3 minutos me di cuenta de que era ella.

Después de las cortesías de rigor me contó lo típico: que tenía un noviete formal, un yogurín me dijo textualmente, y como tenían intención de tener hijos, le gustaría hacerlo al amparo de la iglesia, como debe ser, que se están rompiendo las buenas costumbres y los jóvenes de hoy en día son unos mamarrachos que colapsaban la Puerta del Sol por una manifestación de perroflautas; pero que luego venía La Santi; así es como llama ella a su Santidad el Papa, como se conocen mucho, e iban cuatro gatos a verlo.

Pues eso, que les gustaría tener hijos, nada raro, con la parejita se conforman. Aunque para darles el pecho los tendrá que sujetar con los pies, ya que las tetas le llegan a esa altura, la Caye siempre ha tenido mucho sentido del humor, pero que ve que a su yogurín no le quedan muchas fuerzas para correr detrás de ellos por el parque por lo que le corre un poco de prisa quedarse encinta o en CD que es más de ahora.

Por supuesto quiere despedida de soltera. Ha llegado a mis oídos que han conseguido contratar a su sex symbol favorito, aquel que le hacía tiritar las tetillas cual gelatina cada vez que lo veía en la tele: David Hasselhoff. Para lo cual el susodicho actor-guionista-cantante-bebedor-papirofléxico, que está un poco desmejorado; llevará un felpudo pegao al pecho con la leyenda “Te lo puedes comer tó Caye; saldrá con su bañador de socorrista, el ciruelo rojo-salvavidas, el pelo cardao y a ser posible sobrio, lo cual no es seguro.

He hablado con Carmen Tello y aparte de una diadema en forma de picha han pensado en comprarle una banda, pero no saben cuál, si la que pone “La novia más puta”, “La novia más guarra”, “La novia inmortal” o “La novia cadáver”.

Finalmente La Caye me ha dicho que para el menú de la boda se va a inspirar en una a la que fue hace tiempo, una tal boda de Canaan, la carne de antílope mu güena, pero el ñu un poco seco. Lo que mas echará de menos es a un tal Jesucristo que conoció por aquellos días, sobre todo porque le encargó al carpintero cabrón de su padre una cómoda pa su dormitorio y todavía está esperando.

Bueno, si no vais ya os contaré cómo fue la boda y el convite.
 
 


[Canción recomendada: Rakel Winchester "Paso, que mañana me caso"]

martes, septiembre 20, 2011

637. La última vez que vi Lisboa (y IV): Last day, bye saudade!


Si partimos de la base de que no era la casa en la que teníamos que haber pasado estos días, sino en otra más pequeña, se puede entender que fue la casa la que no nos quería allí. Sí, vale, la fachada parecía hasta amable en comparación con el resto de edificios. Pero una noche, al abrir la puerta, la vecina de arriba llegaba en su flamante coche junto con su marido y nos echó una mirada de oler a pis de gato que ni Maggie Smith.

La maison era de rancio abolengo. No éramos adecuados para chez elle. Claro está que tampoco es que al entrar en la vieja finca la escalera invitara a subir. Más bien lo que sugería es que Miss Bates nos esperaba en la puerta de al lado para darnos las buenas noches.

 

Así que, todavía pudimos dar las gracias para que un enorme mueble de unos 200 kg no terminara encima de nosotros, al estar suspendido encima de unos ridículos tacos de madera, más pequeños que la batería de un móvil. ¿Que no iban los fuegos de la cocina, el frigorífico congeló toda nuestra comida y el microondas funcionaba cuando le daba la gana? Tranquilos, que, al menos, seguimos vivos.

Y para intentar celebrar este himno a la alegría, nos largamos el domingo a Alcántara, la zona donde estuvo viviendo Mi Santo en su estancia en estas tierras. A visitar LX Factory, una antigua fábrica de azúcar reconvertida en una zona de tiendas, oficinas y restaurantes... Cerrada, por supuesto, Para qué iba a estar abierta.


De allí, ya desengañados, intentamos ir a comer al Bar Tejo, visita habitual las veces que estuve allí... Nasty de plasty, que o han quebrado o se tomaron el domingo libre. Y tampoco busques nada típico para comer por la zona del Bairro Alto. Al final, de cabeza a un Nood, una franquicia de comida de fideos asiáticos. Buenísimos, pero no sabían a bacalhau...




Por la tarde a tomarnos algo en Noobai, la mejor terraza con las mejores vistas al Tajo, con P. que nos aguantó todo el rato y nos llevó a Santini a tomarnos un helado (ya, a la misma altura que los Reyes de España) y por la noche a tomarnos unas cervezas de despedida de Lisboa.

Un viaje que se quedó en un quiero y no puedo, que fue salvado gracias a la gente a la que vimos, y que por lo menos me sirvió para ampliar un poco mis fotos de arte callejero:
  







 


[Canción recomendada: David Bowie "Aladdin Sane" ]

domingo, septiembre 18, 2011

636. La última vez que vi Lisboa (IV): Cousteau y demás familia toman sorbetes de lechuga

 


Resaca. Esa fiel compañera que mejor preferirías no haber conocido nunca. Y conforme te haces mayor, ella se vuelve más gorda. La amiga pesada con la que quedas muy de vez en cuando pero el café que te tomas con ella se hace interminable.

Así me levanté el sábado. Un sábado que habíamos decidido ir a la playa, a Caparica, pero como no era nuestro viaje amaneció nublado. Ea, a patear la ciudad. Y ver lo fotogénico que sigue siendo el Parlamento a pesar del mal tiempo.

Estuvimos buscando un restaurante donde hacían un brunch que nos habían recomendado, pero justo al llegar a la puerta, Mi Santo cambió de opinión y terminamos yendo al nepalí donde tantas noches cenamos hace casi ya tres años. Nepalí con un comedor de 20 metros cuadrados y al que había que ir con reserva... Esta vez no, y sin problemas. La crisis que no permite a la gente darse muchos caprichos, por lo visto. (Todo sea dicho, el anterior maître nos preguntaba siempre en la puerta si habíamos hecho reserva, para cerrárnosla en la cara y luego abrir... cuando el salón estaba vacío. Esta vez, la puerta nos la encontramos abierta y por poco nos agarran del cuello para que no nos fuéramos sin pasar.)

 

Rezando con que no se rompiera ninguno de los cristales que nos iban a separar del agua salada -diréis que soy un exagerado pero viendo el cariz del viaje, yo ya no ponía la mano en el fuego; entre otras cosas porque no iban los del apartamento, ejem- acabamos en el Oceanario.

Precioso, monísimo, apabullante. Con sus tiburones, sus mantas, sus pingüinos, sus nutrias... Sus entradas a 12 €... Y sus familias. Portuguesas, españolas y allende los Pirineos. De ésta, me compro un táser para Navidades en vez del iPhone, y una buena navaja albaceteña para cercenar gargantas infantiles y gónadas a heteros con ansias de reproducción... Aunque, ¿qué esperaba para un sábado tarde?

 

Al llegar a casa, decidimos tomarnos una ensalada y otra sopa... Ajá, sí, ok... La sopa puede, la ensalada a lo mejor no porque el frigorífico decidió funcionar en modo congelador esa semana y lo que teníamos era un surtido de sorbetes de lechuga, canónigos y rúcula para estar chupando y sacarle algo de sabor. Mientras, en la tele, un programa del estilo de Jose Luis Moreno para elegir las "siete maravillas gastronómicas de Portugal"... Todos iguales.

Nada, a ahogar nuestras penas en el TR3S y en el Wooflx, o como tener delante a todo el catálogo luso del Bear. Y a casa después de desahogarme criticando por criticar todo lo criticable.


[Canción recomendada: Fangoria "La pequeña edad de hielo"]

sábado, septiembre 17, 2011

635. La última vez que vi Lisboa (III): Superbock, osos y áreas infinitas



 

Viernes morning. Después de ver que el Parlamento de día tenía el mismo buen aspecto nos lanzamos a la calle como las locas, buscando un supermercado que no pillara lejos para poder comprar las cosas para los desayunos y las cenas; que ya que teníamos cocina, íbamos a intentar no gastar mucho (la crisis, ya tú sabeh) y no saltarme demasiado el régimen (cosa difícil por cómo se come en este país.) En ese momento, todavía no sabía que ni probaría la picanha, ni biffés ni ninguna de las variedades de bacalhau.

Andando que te anda, acabamos desayunando en una confitería, donde me tomé el mejor café en meses que había probado; y de allí al Chiado, la Baixa y el Rossío, hasta hacer una parada (casi a punta de pistola, ya sabéis cómo soy) en el Starbuck's de la estación del Rossío.

 

Al ver que sí, que ginjinha y pasteis los que tú quisieras, pero algo súper como que no nos encontramos, nos liamos la manta a la cabeza y nos fuimos al Colombo, el centro comercial más grande de Europa. O lo era en su momento. Y todo para poder ir aquí:



Área Infinita, una tienda donde lo mismo te venden unos trapos de cocina, que la butaca de los Eames (3.000 € de nada con el reposapiés) o la chaise longue de Mies Van Der Rohe.

Siesta en casa. Cena de lo que habíamos comprado... Que casi tenemos que comernos a temperatura ambiente la sopa, porque los fuegos de la cocina no hubo manera de encenderlos y el microondas casi nos gana el pulso... Y todavía quedarían más sorpresas para el día siguiente... Era ya una señal de que ese piso no nos quería, o que la niña muerta que daba vueltas por las habitaciones no podía dormir por nuestros ronquidos.

Quedamos por la noche para salir con R por el Bairro Alto, y hacer la consabida ruta de bares de osos. Que hasta hace poco, en este país no había gays por esa zona (te metías en el gaydar y todos eran bisexuales pasivos), pero desde que se aprobó la ley de matrimonio, ya se ven a hombres agarrados de la mano por las calles.

Estuvimos en el TR3S y en el Wooflx, dos refugios de pelo y lorzerío que no estaban nada mal, y que me reafirmó que al final en todos los sitios hay el mismo ambiente. Aquí más 2.0 que en Murcia, pero si vas a un bar de lánguidas, hay lánguidas que son intercambiables las unas por las del bar de tu ciudad. Y en el mundo osuno, igual. Eso sí, había cada maromazo...

Hicimos parada en el Finalmente a ver el espectáculo de transformismo... ¡Con canciones de Soraya y el "Cuando tú vas" de Chenoa! Eso sí que es globalización... Y acabamos en Trumps, una discoteca donde subimos la media de edad. Había dos salas y si en una estaba llena de gente de 25-30 si llegaba, en la de al lado no creo que hubiese nadie mayor de 22. 

Y a casa que el gintonic con colonia de bebí me sentó como un tiro.


[Canción recomendada: Soraya "Caminaré" ]

jueves, septiembre 15, 2011

634. La última vez que vi Lisboa (II): Café con Liz



La primera parte del viaje la haría yo solo, ya que Shepperdsen estaba desde dos días antes en tierras de Pessoa por cuestiones laborales.

Digo que la hice solo pero me acompañó en todo momento Elizabeth Taylor. No, no veo fantasmas ni soy Anne Germain, sino que Mi Santo me regaló una biografía suya que me hizo más llevadero el viaje a Madrid en tren, donde se diluyó el hecho de que tuviera que aguantar durante cuatro horas y MIERDA a un grupillo de preadolescentes mochileros, una película infumable que renqueaba en el dvd y una señora que producía más ruidos que el motor sucio de un seis ejes. Para que luego digan que ellas no roncan... Gracias por haber elegido Renfe... Lo positivo el encontrarme de casualidad a Odysseus, antiguo bloguero que se marcaba un viaje por toda la península a ver a su amor (mira que hay sitios raros donde encontrarse, pero los descansillos de los vagones, son lo más) y La Nena, que me esperaba en Atocha, en el jardín tropical junto a las tortugas mamertas, para acojerme en Villa Cari durante esa noche.

Si Liz, sus dos primeros matrimonios, sus películas y la típica "madre-de-la-artista" que le tocó llenaron las horas del vagón, el encuentro con Debbie Reynolds y cómo le robó a Eddie Fisher hicieron las cuatro horas de espera en la T-2 de Barajas más llevadera. Era una señal. El vuelo se retrasaba dos horas. Ya empezaba el rosario de mi madre y quédate con todo lo demás. Al bajar, Clooney seguía esperándome con su media sonrisa y la voz en off se comunicaba secretamente conmigo en la lengua de Camoes. What else...?



Llegué a Belém vía bus-tranvía sin perderme (cosa que me sorprendió hasta a mí) y paré a comer en el Starbuck's: una mancha de mora salta con otra, y como no me iba a comer mi primer pastéis de nata sin Mi Santo, ¿qué mejor que caer en la tentación de un caramel machiatto?

Berardo. Mi museo de arte contemporáneo favorito. Leger, Warhol, Dalí, Pollock, Miró, Duchamp... 




 
Y de allí, tras ser recogido por Shepperdsen a buscar el apartamento que habíamos alquilado...

...al que nunca llegamos a entrar. Después de una hora esperando en la puerta sin que apareciera el dueño. Después de estar llamando y llamando a un teléfono fijo que terminó sin dar señal. Después que ya nos hubieran cobrado la estancia... Sonaba a timo puro y duro. 

Horas más tarde, y gracias a una antigua compañera de Shep del laboratorio, contactamos con alguien de la agencia y nos dieron las llaves de otro apartamento porque el nuestro tenía una avería. Nos sonó a excusa, pero tras esta nueva cuenta del rosario, el ver que la casa era más grande incluso (de dos personas, pasamos a una para siete) y que teníamos vistas al Parlamento...



 


Por la noche, de cena con la gente del laboratorio, no en Adega Dantas, porque estaba cerrada (la tercera cuenta), sino en Adega do Tagarro, donde, para vergüenza de los lusos de la mesa, no pudimos acabarnos nuestros platos. Desentrenados que estamos... De allí al Bairro Alto a tomar unos copos y a casa a dormir, que el día había sido bastante largo, duro y estresante.





[Canción recomendada: David Fonseca "My Friends"]

miércoles, septiembre 14, 2011

633. La última vez que vi Lisboa (I): Prólogo



Cuando uno está enamorado, los defectos de su pareja los termina viendo como virtudes. Ese grano en la cara termina siendo igual de sexy que el lunar de la Crawford, el ruido que hace al respirar suena como música celestial… Con Lisboa pasa lo mismo. Es una ciudad antigua, vieja, algo ajada, con desconchones, humedades y grafittis; pero enamora. La hace real. No es un parque temático ni un decorado de televisión. Tiene defectos como todos.

El problema está en cuando esa novia de la que estás enamorada se vuelve caprichosa y no atiende a razones. Temes lo peor, y al final se confirman tus sospechas: te ha puesto los cuernos. Para terminar diciéndote a ti mismo que nunca te prometió fidelidad, que quien construyó el castillo imaginario fuiste tú y no ella...

Este viaje a la capital lusa será de los inolvidables. Pero de los malos. Íbamos con una serie de expectativas que no se han cubierto ni la mitad. Ir a Cacilhas, comer biffé a mostarda en el “Bar Tejo”, cenar en el nepalés, recorrer la Praça do Comércio, una picanha en Alfama… Todo en contra. Al final va a tener razón Sabina y sus “Peces de ciudad”, con lo de no volver al lugar donde se ha sido feliz. 

Sería injusto decir que ha sido un viaje totalmente negativo. El volver a ver a los antiguos compañeros de Shepperdsen, a dos amigos más del Facebook y el darme cuenta de que entiendo el portugués más de lo que creía, inclina un poco la balanza.


Un poco.

Mañana más.


[Canción recomendada: Ana Belén "Peces de ciudad"]

domingo, septiembre 04, 2011

632. Fotonovela (¿Tienes frío perra?)

Hay paquetes, que terminan alegrándote el día...










Estáis como una cabra. Muchas gracias, petardos.



[Canción recomendada: Radio Futura "Enamorado de la moda juvenil"]

jueves, septiembre 01, 2011

631. Reina por un día (I): El Escriba

Hoy jueves, 1 de septiembre, empiezo una sección en este blog que no sé ni la periodicidad ni la duración que tendrá. Porque no depende de mí. Depende de vosotros. 

Hace tiempo que mandé un correo a una lista de amigos, blogueros, exblogueros y comentaristas habituales para que escribieran algo (LO-QUE-FUESE) para publicar aquí, una especie de "pluma (con perdón) invitada". Una manera de oxigenar esto un poco y de que se pueda cumplir un ritmo de posts que, si no lo puedo alcanzar yo solo, lo haga con la ayuda de mis amigos. 

Este ha sido el primer regalo que he recibido de mi cumpleaños, y no podría ser de otra persona. Un ejemplo de que conocer gente a través de la red no tiene por qué derivar en extrañas relaciones con asesinos en serie y demás familia.

Con todos ustedes, El Escriba:



CÓMO CONOCÍ AL SEÑOR SKYZOS

Fin del verano de 2008. Tenía pendientes unas semanas de prácticas en el hospital con nombre impronunciable para la gente de fuera de Murcia; para finalizar el posgrado que había estado haciendo durante ese curso, y creí que había llegado el momento.

Antes, tenemos que retrotraernos a un año. El otoño de 2007 fue un momento duro en mi vida: una mala experiencia laboral, el paro, bastantes ilusiones truncadas y mucho tiempo libre mientras buscaba trabajo. Un día una buena amiga se hace un blog para darse a conocer en la blogosfera, (Sí lo sé, un poco tarde, porque la agonía de los blogs estaba a punto de empezar) e investigando, investigando llegué a ese blog, que más que un blog es una religión, llamado Planeta Murciano. Una vez pasada la fascinación por sus contenidos, pasé a ver quién se relacionaba con él y encontré EL AEROGUATUTÚ. Un blog fresco, divertido, con gustos afines y una filosofía de vida muy parecida a la mía. Se convirtió en un imprescindible, al igual que lo hicieron La Central Nuclear del Sr Burns, Palabras que no dicennada y la Nena Melena, entre otros. 

Recuerdo las dudas antes de comentar por primera vez, pero lo hice, ya había leído mucho y necesitaba pasar a la acción. Lo sé, sé que sigo siendo un voyeur de blogs, que El Escriba a lo único que se ha dedicado es a comentar, que se sabe poco o muy poco de él en la blogosfera, pero  siempre he pensado que no tenía nada interesante que contar. El feedback fue positivo y durante un año seguí al Aeroguatutú y a través de él, viví los preparativos de ese ¿último? Canomori al que la boda de un primo legañoso no me dejó ir, además de momentos alegres, tristes, musicales, con diseño… 

Quería desvirtualizar (una palabra tan de moda en la era de las Redes Sociales) y dejarme mostrar, encontrar cercanía, complicidad, más allá del comentario y su respuesta, así que me decidí a mandar dos emails: uno a MM y otro al Sr. Skyzos. De los dos encontré respuesta, pero me sorprendió la de este último: seis líneas en las que se mostraba cercano, pero a la vez cauto. Después de una cadena de mails, conseguimos encontrar el momento.

             GLORIETA DE MURCIA, TARDE DE UN JUEVES DE SEPTIEMBRE.

Estaba nervioso, también me pasó con MM. Yo sabía mucho de ellos, pero ellos de mí, no. Como todo ser humano tenía miedo al rechazo, a que se esperaran otro tipo de persona, con otros gustos…  pero había que arriesgar. 

El 5 A me dejó justo en el lugar donde habíamos quedado. No había mucha gente, porque aún hace calor sofocante en esas fechas y de repente lo vi. Yo tenía la suerte de saber cómo era físicamente, pero él no y me consta que se esperaba otro tipo de persona, más mayor, con más peso, con más pelo… aún con esas creo que no se llevó una sorpresa desagradable. 

Nos sentamos en  un lugar fresco de la Plaza del Cardenal Belluga y comenzó lo que luego se convirtió en un ritual: un café y un Nestea. El encuentro duró un tiempo que no sé precisar, no conseguimos callarnos. Hablamos de todo un poco: el amor, los amigos, el cine, el maricarmenismo, Lost (luego sería él el que me despertaría a las 6 de la mañana de aquel día de mayo para ver juntos el último capítulo) fue un rato agradable, los dos comentamos que la impresión fue positiva y que no estaría mal repetirla, aunque luego tuviera que volver corriendo al sitio porque se había olvidado el móvil…

Así fue.  Después, durante un año nos tomamos unos cuantos caféNesteas, viví con él mi primer Bando (vestido de azul), me hizo dormir con OSITOS, me dio un papel en la sexta y (neverending) temporada de Queer as Folk y me impuso un hábito de monja sin saber que casi se acabaría convirtiendo en realidad. Todas estas cosas y muchas más, hasta el punto de necesitar un poco de METADONA de vez en cuando para poder pasar los días sin él.

(Podría seguir diciendo muchas más cosas, pero lo más importante es que todo eso él lo sabe y ahora queda públicamente expuesto para el disfrute de todo el mundo.)



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Ahora le toca a él contestar los comentarios, para eso es Reina por un día.



[Canción recomendada: The Solids "Hey Beautiful (O.S.T. How I Met Your Mother)"]