Que cada vez somos más inmaduros, está claro. Los cuarenta son los nuevos treinta; los treinta, los nuevos veinte; y eso parece que nos da patente de corso para hacer tonterías a ciertas edades. O a conservar el espíritu joven, según se mire.
Los productos de consumo se dirigen a un segmento de la población que suele ir de los 20 a los 40 años. En algunos campos, incluso es más que evidente: se producen películas palomiteras como si fueran gremlins a los que se invita a cenar después de la medianoche. ¿Quiénes, sino los adolescentes y los veinteañeros, son los que van al cine? Yo, cinéfilo de pro, hace la tira que no piso una multisala...
Los cánones de belleza, igual. Hay que ser eternamente joven, en una población mundial que envejece a ojos vista. Por eso una mujer como Carmen Dell'Orefice es noticia. Una modelo en activo de más de 80 años. Ahí es nada.
Empezó su carrera casi por casualidad, como siempre cuentan todas las historias, en el autobús, cuando la mujer de un fotógrafo se fijó en ella y le dio el número de teléfono de su marido para hacerle una sesión, que Harper's Baazar rechazó por ausencia de fotogenia. Hija de un violinista italiano y una bailarina húngara (algo parecida a la madre de la Portman en "Cisne negro"), cambió su carrera de futura bailarina por la de modelo, protagonizando una campaña para Elizabeth Arden en Vogue con tan sólo 13 años.
Trabajó con artistas de la talla de Dalí (de joven, a 12 dólares la hora el posado desnudo), fotógrafos como Cecil Beaton, Richard Avedon o Irving Penn, diseñadores como Yves Saint Laurent, Galliano, McQueen, Gaultier, Stella McCartney, directores como Scorsesse o Woody Allen...
Lo triste de todo esto es que sabemos de ella porque Robert Madoff la dejó en la ruina y tuvo que salir de su retiro dorado a seguir trabajando. ¿Lo positivo? Que la elegancia y la belleza de una mujer como Carmen vuelva a pisar pasarelas y a protagonizar anuncios como éste.
[Canción recomendada: Pink Martini "Splendor In The Grass"]
8 comentarios:
Pa llegar a esa edad con ese físico, hay que pasarse la vida bebiendo agua, con verduritas, sin fumar, no trasnochando...
Total, que yo ya llego tarde; me huelo que mi vejez se va a parecer más a la del hermano feo de los Calatrava...
Ya es un paso que una señora de 80 sea un prototipo de belleza, o que a Beth Ditto se la rifen los diseñadores, cualquier cosa que sea más normal que la normalidad que nos quieren imponer...
No quiero quitarle mérito a esta señora, probablemente tenga unos genes impecables, pero no me creo dos cosas:
1. Que la foto inicial no esté retocada
2. Que no se haya hecho algún arreglo con la edad que tiene y el cutis que tiene.
Y, a pesar de todo, nos impone una figura esquelética.
1. La primera foto, si no está retocada, tiene cienmil filtros seguro.
2. Es más que evidente que se habrá hecho algún retoce.
3. ¿No hay mujeres delgadas per se?
Yo hablaba más bien de la edad, y de la elegancia de la señora. Que hay otros tipos de mujer, por supuesto.
Aprovecho para reivindicar las canas.
La primera vez que salí al extranjero una temporada me llamó la atención una cosa que en España brilla por su ausencia: mujeres bellísimas, elegantísimas, seguras de sí mismas, que lucían con estilo las canas propias de su edad. Mujeres de cincuenta, sesenta, setenta años y más que no necesitaban untarse el pelo de potingues para sentirse bien consigo mismas. España es el país de las rubias de bote y de las ancianas con el pelo color castaño-caoba-cobrizo imposible. ¡No tiene por qué ser así!
La madre de una amiga un día decidió quitarse el tinte (tiene canas desde edad temprana) y qué quieres que te diga, que está más guapa de canosa con ojos azules que con el pelo tintado.
No sean envidiosos y reconozcan que esta mujer es elegante.. Y yo conozco mujeres de esa edad k están super conservadas y sin necesidad de bisturí gente humilde y con elegancia, mejor pónganse a cuidar su cuerpo. Y no ha criticar
Si lo divertido es criticar, pero con fundamento.
Bienvenida, Melania.
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