martes, agosto 30, 2011

630. Tetris



Carmen Sevilla. 

Actriz española, que participó en films tales como "Violetas imperiales", "La fierecilla domada", "El balcón de la luna" (con Paquita Rico y Lola Flores) o "La venganza", de Juan Antonio Bardem. Será siempre recordada por su ovejitas y las meteduras de pata a las que nos acostumbró en el Telecupón:



¿O quién no recuerda lo de las zapatillas?


Marisa Naranjo.

Periodista de carrera de Radiotelevisión Española, donde cubrió desde los informativos hasta poner voces a personajes ridículos de programas de variedades nocturnos. Pero permanece en la memoria colectiva por la gamba a la hora de retransmitir las campanadas de 1989:



Después de ésto, cayó en picado y se retiró.


Federico Trillo. 

Vaya por delate que ni comulgo con su ideología ni por ser de mi tierra lo venero, pero algo bueno ha tenido que hacer este hombre en cuanto a su carrera profesional. Fallos garrafales: su "¡viva Honduras!" o esta frase tan castiza:




Al final va a ser verdad que la vida es como el Tetris: los triunfos desaparecen y las derrotas y los errores permanecen.



[Canción recomendada: Pulp "Miss Shapes"]

viernes, agosto 26, 2011

629. Nocturno


"Uno no sabe nunca qué puede esperar. 

Uno nunca sabe qué se espera de él. 

Yo no tenía la ventaja de haber sido compañero suyo de colegio, 
o de haberme convencido de que me gustaba en el curso de una cena, 
o bebiendo juntos una copa, 
ni de saber cómo se llamaba aquel individuo, 
ni de nada. 

La gracia de la cosa, y también su peor inconveniente, era la más completa y ciega ignorancia. Luego quizas habría un destello de conversación, un intercambio de información, y un número de teléfono escrito en un papel, con demasiada frecuencia sólo el mío... 

Era 
más 
sencillo 
si 
te
la 
chupaban 
directamente,
o
si 
te 
pedían
que 
se 
lo 
hicieras 
tú. 

Te ponías al tajo, sabiendo lo que traías entre manos, y que probablemente no duraría mucho. Pero habían cambiado los tiempos de las primeras y afanosas experiencias en el parque de tu ciudad, cuando tú tenías diecisiete años. Eran reglas nuevas que no conocías previamente... 

A veces 
aquellos desconocidos
se ponían muy cariñosos, 
te besuqueaban 
por todas partes, 
te pinchaban 
con la barba, 
suspiraban y gemían. 

Otras veces 
no te querían casi ni tocar, 
te mantenían a distancia, 
como si te estuviesen diciendo virilmente que te fueras; 
luego alargaban 
una mano furtiva 
que iba abstraídamente 
a lo suyo. 

A veces querían 
que les abrazaras
por detrás, 
de pie, 
otras 
eras tú 
quien quería 
que le abrazaran. 

A menudo, por supuesto, estaban borrachos o drogados, como tú, y la cosa no tenía mayor importancia, o al menos te olvidabas enseguida. De vez en cuando, echabas el mejor polvo de los últimos dos o tres años."

"La estrella de la guarda"


Alan Hollinghurst


[Canción recomendada: Cheryl Col feat. Wil.i.am "3 Words"]

jueves, agosto 25, 2011

628. Que sabe nadie (Summer '011)



Que sí, que volvía. Que sí, que no me lo creo ni yo, pero algo habrá que hacer, para no terminar quedándome con la sensación de ser como la "falsa monea"...

Hay por ahí (mirad, chicos tuenti, lo que hace cambiar la "h" de sitio) un par de posts a medio, que espero que salgan para adelante y que me parecen interesantes, pero por ahora, un breve resumen de qué ha sido de mi vida estas últimas semanas.

Al igual que unas viudas escocías recuerdan que tenían una granja en África, yo creo recordar que tuve vacaciones allá por el mes de julio. Vacaciones Santillana que, acorde a los tiempos que corren de crisis, fueron principalmente del tipo "gorroneosjolidei". ¿No os parece extraño que ése amigo que tenéis a cientos de km dos meses antes de que llegue el verano, empiece a dar señales de vida? Está allanando el terreno para que le sirvas de bed-n-breakfast, cama caliente o un simple sofá con cojín donde pernoctar en su próximo viaje.

Pues eso, que abusando no sexualmente de la paciencia de Crawlertls y de su marido, J. de Navarra, me fui a Madrid al encuentro de mi marido, que venía de un curso en Alemania, Pepe y pasar el fin de semana en la capi... O más bien en su casa. Caris, es lo que tiene vivir en un peazo duplex con una terraza inmensa y que la urbanización tenga piscina... ¿Quién quiere salir de allí? Con lo decadente que queda encebollarse tirado en una tumbona en la terraza... Los pacharanes corrían como si tuviéramos un hijo en la cárcel.

Amor y lujo, que lo llaman.

Mi Santo se volvió a Furcia y yo me quedé unos días más para poder quedar con gente que, en los típicos viajes de fin de semana, no puedo ver: Bosques y a toda la caterva del FLU: Tony Tornado, Proudstar, Fido, Soliloco y demás familia. Ah, y hacer algo de vida cultural: la exposición de "Los tesoros de Polonia" (muy bien explicada por mi hijo extrauterino, HM) y otra en el Caixaforum sobre la arquitectura rusa. ¡Toma ya!



El otro periplo vacacional fue en Barcelona, en casa de dos insurrectos que no tienen palabra y que han vuelto a la blogosfera: I Punto (o Un cangrejo desde la Luna) y El Sombrerero Loco. Que si visita a la ciudad condal, que si playa nudista, que si playa no nudista, que si cerveza, que si unas banderillas, que si "los viernes pasta", que si cena en un mexicano, que si barra libre de margaritas, que si vermú, que si unas risas, que si visita de Señoras que tienen hijos negros y Señoras que parecen el Capitán Cavernícola...

Así es normal que llegara el 1 de agosto, que casi no entrara en el uniforme del curro y que decidiera ponerme a régimen. Por lo que el síndrome postvacacional se acentuó aún más. Tranquis que Shepperdsen no ha muerto porque a) le haya rebanado el pescuezo o b) se haya suicidado tirándose tres veces desde el balcón de un primero...
 

Mañana a ver si este calor matutino (que haga 25 grados a las 8.45 NO es de recibo) me permite estrujarme un poco más la sesera y saco algo verdaderamente leíble.


[Canción recomendada: Aerolíneas Federales "Vacaciones"]

viernes, agosto 19, 2011

627. Comeback (y II)




“Los enamorados, 
ya se sabe, 
amparan y fomentan las inexactitudes mutuas, 
son cómplices de ese malentendido perpetuo 
que segrega la confesión del amor. 
Se refugian en el fluir de un diálogo 
nunca manchado por la realidad, 
pero luego,
al llevar adelante cada uno el discurso por su cuenta 
descubrir las propias carencias, 
la mentira levantada entre ambos se hace mayor, 
más perniciosos 
los garfios 
con que atrapa. 
Pero nos gusta olvidar esas cosas.”

“Nubosidad variable”

Carmen Martín Gaite

Hace años, hace MUCHOS AÑOS, casi diría que la mitad de los que tengo, me enamoré de esta escritora precisamente por este libro. Lo leí a la vez que un amigo, incluso comentábamos por dónde íbamos y qué nos iba pareciendo la historia, que no era otra que el reencuentro de dos amigas de la adolescencia cuando ya están rondando la cincuentena. Una mujer que, se supone, renunció a su vida profesional por (¿)amor(¿), dedicándose a cuidar de su marido y sus hijos; y otra mujer que ha triunfado donde aquella fracasó, y fracasó donde aquella pareció triunfar.

A modo epistolar, te va narrando el caos en el que cada una de ellas está inmersa, y, si no vas con chaleco salvavidas, te terminan enganchando a ti y cayendo en esa misma espiral. No ha sido el caso, pero por poco. A veces me paso de empático y creo que el calor del verano ha hecho algo de mella en mi armadura; total, que ahí me tenéis a mí casi mirándome las canas en el espejo y viendo qué azulejos poner al baño.

Como ellas.
 
Si alguien conoce un poco la vida de la escritora, sabrá que estuvo casada con Lázaro Carreter (cagada por mi parte, solucionada gracias a un lector anónimo) Rafael Sánchez Ferlosio (la Reina de las Nieves y el ¿huevo sin sal?), que tuvieron una hija y que se divorciaron. Que esa hija murió (creo que en un accidente de coche) y que Carmen Martín Gaite cayó en una depresión que le costó años. Fue a raíz de “Caperucita en Manhattan” donde pareció levantar cabeza, pero estoy segurísimo (y más después de ver sus “Cuadernos de todo”)  que fue “Nubosidad variable” su ejercicio de introspección y exorcismo.

Introspección y exorcismo.

Cuando vuelves a abrir las páginas de un libro, a veces te traen recuerdos de cuando lo leíste por primera vez. Te suena algún giro del argumento, un personaje, una acción. Pero cuando además ese libro te trae a la memoria momentos vividos (como una canción, o incluso una película) es cuando las letras se cargan con dedos envenenados.  


Hay gente que se va quedando por el camino, y este amigo hace tiempo que desapareció. No fue una bomba, un estallido, si no el “pffffff” de un globo de helio que se desinfla. Globo que perdió el hielo porque alguien aflojó el nudo.

No me arrepiento de estar donde estoy, ni la elección que tomé (a día de hoy se ha visto demostrado cien mi llones de veces que fue la acertada), pero hasta me divierte, de una manera irónica, ver cómo lo que, con 16 o 18 años veías como algo inamovible, queda igual que un castillo de arena después de que la lluvia de esa “nubosidad variable” se lo lleve por delante.

Pd: La ilustración también es de Miguel Panadero.


[Canción recomendada: Esclarecidos "Qué Pasará Mañana" ]

jueves, agosto 18, 2011

626. Comeback (I)




“Y mientras seguíamos hablando de nuestros respectivos trabajos y viajes ante un Rafa cada vez más cordial y admirativo, yo me sentía como uno de aquellos trocitos de hielo que bailaban dentro de mi gin-tonic y me parecía imposible que Manolo no se diera cuenta de que en aquel momento necesitaba toda la marcha del mundo, porque me había quedado sin cuerda, como un juguete viejo que se puede tirar a la basura, él tenía la llave de mi marcha guardada en el bolsillo y bastaba con acertar a darle media vuelta. 

Cualquier cosa habría servido, con tal que me llegara a calentar el corazón o los instintos, piropo, insulto, aullido, desafío, suspiro, reproche o hasta una bofetada, algo, en fin, que rasgara la niebla de los lugares comunes y me diera pie para replicarle, plantarle cara y resucitar de aquella rara inopia, para soltar el freno que impedía buscar sus ojos y preguntarle si se acordaba de aquello del pozo y de la sed y de la tea ardiendo, que, si no, me iba a volver loca, me iba a creer que lo había inventado y sola como la carta al cliente de la 204, por favor, era vital que me lo dijera, porque sin el concurso de aquel ajeno recordar, me perdía en el mío como en un sueño laberíntico del que te despiertas aterida.”

“Nubosidad variable”

Carmen Martín Gaite


He vuelto. O eso quiero creer.

Ahora, casi a finales de agosto, después de estar casi todo el verano en stand by, pero este libro me ha dejado más k.o. de lo que pensaba.


Pd: La ilustración es de Miguel Panadero.


[Canción recomendada: Fuel Fandando "The Engine" ]

lunes, agosto 01, 2011

625. Tumbleweed

tumbleweed.gif



Decíamos ayer...

Pd: Se supone que es un gif de un matojo dando vueltas por un camino desierto, pero en fin...



[Canción recomendada: David Bowie "I'm Afraid Of Americans"]