lunes, marzo 26, 2012

642. Con las manos en la masa.




Partamos de la base que, hasta ayer como quien dice, mis dos artes culinarias eran trocear cosas para hacer ensaladas y sacar las pizzas frescas del Mercapeich del envoltorio y meterlas al horno.

Y con eso se puede sobrevivir. 

Os lo aseguro. 

Tan inútil que, (¡verídico!), hasta finales del instituto no sabía ni freírme un huevo. Como mucho pillármelo con la cremallera del pantalón. Tuvo que venir un amigo (hetero) a enseñarme dos nociones mínimas de cocina para ir más allá de recalentar en el microondas las sobras del día anterior. (Y otro amigo -hetero, también- a enseñarme a planchar, pero eso es otra historia...) Ok. Hasta que vives en casa de mamá, pues puedes subsistir con pocas cosas, ya se encargaba ella de llenar el frederico para que sus hijos no pasaran hambre... La cosa está en que, al volar del nido, y con la lección aprendida de "el-día-que-te-independices-no-vengas-a-traerme-ropa-sucia-y-a-llevarte-tuppers" (a pesar de que esta última parte, como buena madre, se la salte a la torera cuando ella quiere), había que comer. 

Bien. Cuando te hartas de comida precocinada, pasta, saltos de verduras y cuando te das cuenta que no es que resulte muy rentable tirar de comidas para llevar, (por muy buenas que hagan las croquetas y las pechugas a la mostaza), no te queda otra que arremangarte y ponerte el delantal. 

En mi anterior reencarnación sueca, cuando me venían a mi sección a pedirme moldes para emplatar, sopletes y sifones de hostelería, me quedaba siempre con las ganas de preguntarles si sabían preparar un caldo con pelotas o un arroz con habichuelas. Que si REALMENTE sabían cocinar o era para darse el pegote. Y es que resulta más fácil apretujonar una ensalada en un aro de metal que pillarle el punto de sal y de comino a una olla gitana (a todo esto, no sé si lleva comino o whatelse...)


Así que, tiras de mamá, y el pides ayuda... Todavía estoy en el paso de <<¿Cuánta sal le echo a X?/La que te pida...>> ¿Cómo la que me pida? Yo no escucho hablar a la olla diciendo <<Saaaaaal, quiero saaaaaal...>> Luego está la versión <<Cuando veas que está hecho.>> Mamá, ESTOY APRENDIENDO A COCINAR y a mí a lo mejor me mola mucho el olor de las lentejas quemadas, o esa textura pardonegruzca del plumcake pero creo que el humo debería de indicarme algo... ¿No?

Te pasan recetas de postres (que suele ser más fácil y quedas la mar de resultón) y como no te especifiquen bien que hay que dejar hervir la cuajada para que haga efecto, en vez de "Tarta a los tres chocolates" tienes "Sorbete de tres chocolates con bizcocho flotando por encima"; un éxito, vaya.

Con tales comienzos, te desesperas sólo un pelín, pero al final te pones el mundo por montera, o el rodillo de amasar, cual versión casera de la campaña de Loewe, y tiras por el camino de enmedio. Coges recetas de la familia, de amigos o de libros de cocina (que, en un arranque, hace años que compré y que para lo único que han valido todo estos años es para que queden bonitos en la estantería) y terminas variando los ingredientes y cantidades a tu libre albedrío.

En mi defensa, hasta ahora, ni he envenenado a nadie ni he propagado una plaga de colitis entre mis amigos.


Y si os lo preguntáis, sigo sin saber hacer un arroz con habichuelas. Eso sí, tengo dos moldes de emplatar en el cajón, la mar de monos y resultones...


[Canción recomendada: Vainica Doble y Sabina "Con las manos en la masa"]

9 comentarios:

MEG dijo...

Sólo diré una cosa:
- Balacao con nata sin nata.

Una de las cosas que más me estresan del trabajo diario de una casa es decidir qué cocinar, sobre todo porque tengo que salir por la mañana pensando qué cocinaré por la noche para comer mañana. Ese algo que me lleva por la calle de la amargura y me da muchos quebraderos de cabeza. Con decirte que en casa se han quedado las habichuelas en remojo para hacerlas esta noche. Y mañana, antes de salir, piensa qué vas a comer el miércoles.

Y yo tampoco sé hace arroz y habichuelas, pero como no me gusta, pues no me voy a poner a aprender.

Por cierto, el invento de la olla exprés, junto con la fregona y la lavadora, ha sido uno de los grandes inventos para la casa del s. XX.

Sr_Skyzos dijo...

Bacalao con nata sin nata... Supimos salir de ese entuerto y tampoco quedó tan mal...

Lo de "¿qué se come mañana en esta casa?" es la pregunta recurrente de mi madre.

Y la olla expréss la estrené hace mes y medio...

Sufur dijo...

Yo, cuando me independicé, me propuse llegar a ser el mejor chef aficionado del mundo mundial. Casi tres lustros después, aún sigo peleándome con la tortilla de patata... sigh

MM de planetamurciano dijo...

M´encanta cocinar, pero...¡¡Nunca tengo tiempo pa hacerlo como es debido!!
Curioso que diga que las recetas de postres son fáciles,porque oiga, que poca mano tengo pa lo dulce; tanto, que ya no lo intento más.
Por otro lao; este es de ese tipo de post que se demuestra con una invitación, pa comprobar sus avances culinarios, claro.

hm dijo...

Lo mejor que hay es rebañar sus masas de bizcocho.

El escriba dijo...

Pasteles de nata.

Sr_Skyzos dijo...

*Sufur: Esa propuesta me la hice yo hace años y mira dónde estoy, en el paso 1. Lo que no me gustaría es que se perdieran las recetas típicas de la zona, que pijaícas sabemos hacer todos en mayor o menor medida.

*Murciana Marrana: Pues a mí los dulces me pirran. Lo de demostrarlo con invitación, llevo tiempo dándole vueltas a hacer una cena con blogueros, pero se ha quedado en eso, en una idea.

*El Escriba: Y bien buenos que estaban, a pesar de habernos quemado la garganta.

*HM: Yo me empaché el domingo sólo repelando el bol después de hacer el bizcocho.

starfighter dijo...

Veo que no soy el único para quien la cocina es la asignatura pendiente. Eso sí, me sale un potaje de lentejas de rechupete ;)

Sr_Skyzos dijo...

Pues chapeau, que yo no le pillo el punto a los guisos.